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- Plaga no cuarentenaria reglamentada
- Vitis vinifera: Raíces, Planta entera
Viteus vitifoliae, tiene un ciclo de vida complejo. Se reconocen dos formas: una radicícola, que se alimenta de raíces, y una gallícola, que se alimenta de hojas. Las vides europeas, son más susceptibles al ataque de las raíces, mientras que las vides americanas, son más susceptibles al ataque de la parte foliar. Esto motivó, a partir de fines del siglo XIX, el uso de pies americanos, injertados con variedades de vid europea.
La hembra adulta que se encuentra en los viñedos argentinos, es ovípara partenogenética en la forma radicícola, con caracteres similares a los ninfales (neoténica) y áptera, en la mayoría de los casos. Mide alrededor de 1 mm de largo, posee cuerpo piriforme, de color amarillo claro a amarillo castaño, cerca del otoño. Carece de sifones. Las patas son cortas y gruesas, de color más claro que el cuerpo. Los ojos son rojo oscuro. Las antenas, cortas con tres antenitos, siendo el último (flagelo), el más largo y con un sensorio de forma arriñonada. Posee abundantes tubérculos cerígenos dorsales, color castaño.
Los huevos u oocitos son alargados, de 300-330 x 160-170 µm y de color verde amarillento.
Las ninfas son similares morfológicamente al adulto, pero de menor tamaño (0,3 mm de largo). La forma es oval, segmentada, y el color, castaño a castaño amarillento. Presenta tres estadios ninfales, que en general se encuentran en las grietas de la corteza de las raíces principales.
El ciclo biológico está directamente influenciado por la temperatura del suelo y el tamaño de la raíz.
En los viñedos de la faja subandina argentina, presenta un ciclo incompleto o anholocíclico. Pasa el invierno como ninfa de segundo estadio, en las grietas de la corteza radical de las cepas. En primavera se activa, aumenta de tamaño y pasa al tercer estadio nínfal, hasta convertirse en hembra adulta radicícola y neoténica. Coloca de 40 a 50 huevos. Al eclosionar, emergen las ninfas que pueden quedar fijas o desplazarse hacia otras raíces de la misma planta. La dispersión hacia otras plantas es realizada por las ninfas de tercer estadio (denominadas vagabundas), que se movilizan por las grietas del terreno, ya sea por medíos propios (favorecido por suelos arcillosos y compactos) o con ayuda del agua de riego. Una vez en la raíz, se alimentan en grupos. Durante el período de primavera-verano cumple un ciclo de 30 a 35 días, dependiendo de la temperatura, lo que le permite completar alrededor de 5 o 6 generaciones anuales en el suelo. Muy rara vez se encuentran las formas aladas. En otoño, al disminuir las temperaturas del suelo, mueren todos los estadios, excepto las ninfas pequeñas.
En vid americana, se comporta de manera holocíclica, es decir, que cumple el ciclo completo. En este caso, las ninfas radicícolas atraviesan 5 estadios, para transformarse en hembras aladas, sexúparas, que colocan macro y microocitos, que dan origen a hembras y machos respectivamente, ambos sexuados y ápteros. Estos se acoplan y posteriormente la hembra coloca un huevo de pasaje invernal {huevo de Balbiani) en el tronco o brazos de la vid, del cual nace una hembra áptera, partenogenética, llamada fundadora, que causa agallas en las hojas y coloca de 500 a 1.000 oocitos. A partir de éstos, se forman colonias de ninfas neogalícolas - galícolas, que permanecen en las hojas, y de ninfas neogalícolas – radicícolas, que se trasladan hacia la raíz, incrementando así la población del sistema radical.
En el caso de vides europeas, la hembra fundadora no progresa, interrumpiéndose el ciclo. Sin embargo, debe cuidarse en los viñedos injertados con pie de vides americanas, que no crezcan chupones, permitiendo que la filoxera cumpla su ciclo completo.
En los viñedos de la faja subandina, V. vitifoliae no se reproduce sexualmente.
El daño más relevante se da en las raíces. Las de menor diámetro muestran inicialmente nudosidades (híperplasías), en oposición a la inserción del rostro por el insecto, y terminan perdiéndose, por la muerte del cámbíum y del líber. Las raíces más grandes presentan tuberosidades (hipertrofias), que con el tiempo degeneran en cancros más o menos profundos, deprimidos en el centro y finalmente mueren, con el consecuente deterioro vegetativo. Sobre vides europeas son más frecuentes las tuberosidades que las nudosidades.
En la parte aérea de la planta, se manifiesta inicialmente un debilitamiento general, difícil de identificar en vides vigorosas. Otros síntomas son: crecimiento lento, entrenudos cortos, sarmientos de diámetro reducido, floración deficiente, hojas basales y terminales de igual tamaño, granos pequeños y con poco contenido de azúcar, menor cantidad de zarcillos, baja producción de "chupones", amarillez otoñal prematura. Luego de unos 4 años de infestada, la planta puede morir.
La plaga avanza en el terreno, de manera concéntrica. Las poblaciones mueren en las plantas decadentes.
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