- Meloidogynidae
- Plaga no cuarentenaria reglamentada
- Solanum tuberosum: Raíces, Tubérculos
M. chitwoodi es una especie criófila, puede sobrevivir con temperaturas del suelo por debajo de 0° C y los huevos eclosionan a temperaturas menores de 10 °C. La duración de su ciclo de vida está altamente influenciada por la temperatura. En el período que va desde huevo a juvenil del segundo estadio (J2), el ciclo dura desde 20 días a 20 °C, a 82-84 días a 10 °C; el J2 invade la raíz de papa a 10°C. M. chitwoodi es una especie partenogenética facultativa. Pasa el invierno en forma de huevo, los cuales eclosionan cuando las condiciones de humedad y temperatura del suelo les son propicias. Los juveniles del segundo estadio se introducen en la raíz a través de las células epidérmicas o de heridas, y se desplazan por la corteza, donde provocan lesiones necróticas; también se introducen en los tubérculos. Como otras especies de Meloidogyne, los juveniles se fijan cerca del periciclo, inducen la formación de un sitio de alimentación (células gigantes) y mudan tres veces, hasta llegar a adultos. Las células gigantes desorganizan el sistema vascular y se cree que este comportamiento es la causa del enanismo, tendencia a la sequía o muerte de la planta afectada. Además, la presencia del nematodo provoca la formación de agallas en la raíz, por hiperplasia e hipertrofia de la células de la corteza y, parcialmente, por el desarrollo de las células gigantes. Los tubérculos atacados presentan agallas conspicuas. Al final del ciclo, las hembras oviponen en una masa (matriz) gelatinosa secretada por sus glándulas rectales. Esta matriz envuelve los huevos, en número de 200 a 1000 y actúa como una barrera contra la pérdida de agua.
Los síntomas ocasionados por el ataque de M. chitwoodi en la parte aérea del cultivo se observan en manchones de plantas amarillentas, de bajo crecimiento. En las raíces aparecen agallas de forma y tamaño variables, de acuerdo con el hospedador. Los tubérculos presentan agallas conspicuas, donde las células que envuelven la matriz gelatinosa se vuelven color castaño después de la oviposición, debido a la oxidación fenólica, lo cual oficia de capa protectora, como un mecanismo de sobrevivencia. En las agallas pequeñas, las hembras se observan fuera de la raíz, envueltas en la matriz gelatinosa, la cual se torna de color castaño con el tiempo. Si bien la formación de agallas no es indispensable para el desarrollo del nematodo, el daño está representado primariamente por la formación de las células gigantes, que se comportan como células transfers, a través de las cuales el nematodo se alimenta a expensas de la planta y, secundariamente, por las agallas. El desarrollo y la permanencia de las células gigantes dependen del estímulo continuo por parte del nematodo.
Se ha observado que una baja población de M. chitwoodi (1 huevo en 250 cm3 de suelo), reduce la calidad de los tubérculos de papa, al presentar éstos áreas necróticas y defectos que los hacen desechables, y que una fuerte infestación disminuye severamente la producción.
- Chaves, E; 2008. - En: El género Meloidogyne y el cultivo de papa en argentina. - XXIII Congreso de la Asociación Latinoamericana de la Papa. - Páginas/s: 66 Solanum tuberosum (Papa)
- Picca, C.; 2009. - En: Nematodos que afectan los cultivos de papa. - EEA Rama Caída INTA. Solanum tuberosum (Papa)
