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- Plaga Cuarentenaria Ausente
Adultos: Poseen un tamaño de entre 1,5 y los 2,2 cm. Las alas son marrón grisáceas, con manchas marrón oscuras. El abdomen es de color marrón grisáceo claro con penachos oscuros. Son de hábitos nocturnos.
Huevos: Poseen un diámetro de entre 0.6 y 1.2 mm. Son colocados en el envés de las hojas en grupos de entre 10 y 90 huevos. Cuando son recién colocados poseen un color blanco claro, que se vuelve gris oscuro a medida que pasa el tiempo, con dos manchas de color gris también.
Larvas: Atraviesan entre 5 y 7 estadíos larvales. En el primer estadio, la oruga tiene un cuerpo de color verde claro con tres pares de patas a lo largo del tórax. Las orugas permanecen relativamente del mismo color hasta el cuarto estadio, en el que la región dorsal se oscurece. La región dorsal ahora aparece marrón mientras que la región ventral se vuelve amarilla. La cabeza es de un color cobrizo. En el sexto y último estadio, la cabeza permanece cobriza y el cuerpo y desarrollan una joroba dorsal, midiendo entre 3,7 y 4,2 cm de largo.
Pupas: Alargadas, de entre 1.7 y 2.2 cm de largo y entre 6 y 7 mm de ancho, de color marrón rojizo. Este insecto empupa en el suelo, dentro de un capullo, a una profundidad de entre 2 y 5 centímetros del suelo.
Mamestra brassicae completa dos generaciones al año, y, en áreas geográficamente más frías, solo una generación.
Las lavas son particularmente dañinas desde el primer al cuarto estadio. Durante los primeros tres estadios, las larvas se alimentan gregariamente de las hojas, de las inflorescencias y de la epidermis de los frutos, dejando lesiones sobre estos últimos similares a la de un bordado, lo que lleva a la pérdida de su calidad. Por otro lado, cavan túneles en los tallos, provocando también la muerte de la planta.
Durante el cuarto estadio, las larvas tienden a excavar en el centro de muchas frutas, verduras y plantas, lo que las hace no aptas para venderlas comercialmente.
Además, las larvas dejan excrementos de desecho en las hojas de las plantas hospedadoras elegidas que pueden devaluar la planta aún más al transmitir infecciones fúngicas y bacteriana.
En repollo las larvas se alimentan de las hojas hasta el quinto estadío, generando túneles hacia el interior de la cabeza de la planta. No obstante, la mayor pérdida de producción se debe a infecciones secundarias de hongos y bacterias.
En brócoli, las larvas se alimentan de la inflorescencia, generando agujeros profundos. Estas se localizan bien escondidas en el interior de la inflorescencia, pudiendo no ser detectada a simple vista por el ojo humano, y contaminando productos procesados.
En manzano, las larvas se alimentan de las hojas y de las flores, reduciendo el rendimiento. En tomate la larva puede penetrar dentro del fruto.
