Erysiphe polygoni

La infección de la planta huésped comienza con las ascosporas sexuales o conidios asexuales, que germinan en la superficie de la hoja o el tallo de la planta, lo que da como resultado un micelio septado de células uninucleadas. El micelio externo da lugar a conidióforos cortos y erectos, cada uno de los cuales lleva una sola fila de esporas en forma de barril, estando las más jóvenes en la base (las partes afectadas quedan así, cubiertas de conidióforos que adquieren una apariencia de polvo blanco). Las esporas maduras se desprenden y el viento las dispersa fácilmente, provocando una nueva infección. En otoño se producen los cleistotecios sexuales. Los cleistotecios representan la etapa de reposo (hibernación) del patógeno. Las ascosporas permanecen latentes durante todo el invierno para germinar en primavera. Cuando las ascas se expanden, rompen la pared de los cleistotecios, lanzando las ascosporas al aire.

La infección ocurre al inicio en las hojas, conforme progresa la enfermedad infecta los tallos y las vainas de arveja; cuando la infección es más severa, las hojas y tallos se vuelven de color amarillento y terminan por secarse. El hongo reduce la capacidad de fotosíntesis de la planta de arveja debilitando su crecimiento y desarrollo. Si la enfermedad afecta las flores, éstas ya no tienen la posibilidad de formar vainas; cuando afecta las vainas, disminuye la capacidad de formación de granos, ocasionando pérdidas económicas. Afecta a todas las partes de la planta, excepto las raíces.