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El patógeno se mantiene en el suelo y/o en la superficie de los órganos afectados en forma de esclerocios. También se mantiene como micelio en residuos de tejidos de raíces y tallos afectados. Los esclerocios germinan en condiciones favorables de humedad del suelo, luego las hifas invaden la superficie del órgano y afectan también a los brotes y tallos de las plantas. Posteriormente, el micelio cubre la superficie de las raíces y otros órganos de las nuevas plantas. Los esclerocios se forman debajo de esta capa miceliana y de esta manera el ciclo se repite.
Las plantas afectadas se quedan pequeñas, muestran clorosis en las hojas del tercio inferior y necrosis en el cuello de la raíz. Muestran además una marchitez que avanza de abajo hacia arriba hasta una marchitez total. El micelio del hongo causa pudrición de raíces y cubre parcial o totalmente a las raíces y a los tallos de las plantas afectadas.
En un campo de cultivos afectados, se observan focos de infección de tal manera que a partir de una planta enferma se infectan otras plantas, debido a que los rizomorfos del hongo avanzan en todas direcciones y se muestran como si enlazaran unas plantas con otras.
Alta humedad, suelos pesados y pobres en oxígeno (mal drenaje), temperaturas moderadas (especialmente otoño/primavera) y estrés en las plantas.
- Catania y Romero 2014. Micromicetes asociados a la corteza y madera de Podocarpus parlatorei (podocarpaceae) en la Argentina VIII Rosellinia. Editorial Darwiniana. ISSN ISSN 0011-6793.